dijous, 24 de novembre del 2011

Conte - el valor de la actitud positiva

Cuentan que un rey tenía un consejero que siempre, ante circunstancias adversas, decía: “¿¡Qué bueno, qué bueno, qué bueno!”. Un día de cacería, el rey se cortó un dedo del pie. Ante esto, el consejero exclamó: “¡Qué bueno, qué bueno, qué bueno!”. El rey, cansado de esta actitud, no soportó más la rabia y lo despidió. El consejero respondió diciendo: “¡Qué bueno, qué bueno, qué bueno!”. En otra oportunidad, cuando el rey cazaba, fue capturado por una tribu indígena que quería sacrificarlo ante su dios. Cuando lo preparaban para el sacrificio, vieron que le faltaba un dedo del pie y, tras decidir que no era apropiado para su dios, lo dejaron en libertad. El rey por fin entendía las palabras de su consejero “¡Qué bueno que hubiera perdido un dedo del pie! De lo contrario, estaría muerto”. El rey mandó llamar a palacio al consejero y le agradeció. Pero le preguntó por qué había dicho “¡Qué bueno, qué bueno, qué bueno!” cuando fue despedido. El consejero respondió: “Si no me hubieras despedido, yo habría estado cazando contigo aquel día. A ti los indígenas te habrían rechazado y me hubieran sacrificado a mí. ¡Qué bueno, que bueno, qué bueno que me despediste!”

¡Enfrenta los problemas con positividad! Verás que de esta forma aumentarán tus posibilidades de hacer frente a las dificultades y resolverlas con éxito


La vida es un aprendizaje permanente. En el colegio y la universidad, primero nos daban la lección y, luego, los problemas para resolver. En la vida real es al revés. Primero nos llegan problemas para resolver y, luego, debemos deducir la lección.


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