diumenge, 3 de febrer del 2013

Saberme muerto es lo que me permite ser tan atrevido



Qué tal anda de salud?

Mejor que siempre. Cada mañana rompo el hielo de mi piscina y me zambullo dando un salto mortal.

Está en forma...

El único poder (y es transitorio) es la salud: ser rebelde exige fortaleza.

¿Y por qué publica su testamento?

Por adelantar trabajo: dándome ya por muerto, libero tiempo para otros asuntos.

¡Buena idea!

La tuve a los ocho años. Vestido de primera comunión en la plaza Adriano, me vi reflejado en el agua del laguito, y al alzar la vista vi a unos ancianitos... ¡Y entendí!

¿Qué entendió?

Que esto es una farsa que termina en fraude. Que la vida acaba mal. Que te mueres. ¿Por qué nadie nos habla de esto?

Da miedo, supongo.

En la escuela debería hablarse de la muerte. Es lo más importante: ¡nadie es más libre que quien se sabe muerto!

¿Así se ve usted?

Desde los 14 años me hablo como si estuviese ya muerto... Saberme muerto es lo que me ha permitido siempre ser tan atrevido.

E irreverente.

Veo a todo el mundo como el futuro muerto que es. Y por eso no temo a nadie.

¿Ni a nada?

La peor tiranía es querer gustar a todos: es el fracaso. No hay peor dictador que tu miedo al qué dirán: no quiero que los que no me quieren me impidan hacer lo que quiero.

Tomo nota.

Como soy consciente de que dentro de dos mil años no quedará nada de nada..., ¡hago ahora lo que me divierte!

Teatro, libros..., pero ¿y televisión?

Pago peaje por ser libre: hace quince años que no me dejan trabajar en TVE, y nunca he podido trabajar en TV3, y nunca me han subvencionado nada de nada...

¿Qué programa haría?

Uno que infundiese armonía, que falta hace.

¿Y si le llamasen los de Sálvame?

¡Ni por 15 millones de euros semanales! Es cuestión de ética. Los programas de Telecinco han hecho mucho daño a la sociedad, modelando conductas miserables. Jamás dejaré que Mercedes Milá vuelva a entrevistarme.

¿Y eso?

Por presentar Gran Hermano y pretender que era un experimento sociológico.

¿Qué le diría a Jorge Javier Vázquez?

Sería inútil decirle nada.

¿Respeta usted a alguien?

Sólo los actos bondadosos de bienhechores anónimos. ¡Mire la entrega alegre de las monjitas del Cottolengo...!

¿Quién ha sido su maestro de vida?

Mi madre, puro coraje, a la que siendo niño oí decirle esto a un mandamás: "Yo soy libre porque lo decido yo, no porque me lo permita usted".

¿Y qué dice usted hoy de los políticos?

Que Franco no murió: estalló en mil pedazos... y son estos políticos. Moriré sin votar: votar es apuntalar este latrocinio.

¿Culpa nuestra por votarles?

Y por ponerles cámaras cuando salen a hablar. Y a un escultor, ni una. ¡Basta ya de reverenciar a los políticos, que encima te roban! Y espere a que se destapen los abusos en RTVE, Canal Sur, Telefónica, Zaplana...

Como muerto, ¿a quién lega lo suyo?

Todo lo que tengo de valor lo llevo encima.

¿No tiene pareja estable?

No desde hace siete años. La soledad ha sido mi compañera más estable.

¿Por qué terminan sus relaciones?

La intendencia devora almas... Veo casada a alguna expareja mía, y pienso: "¡Qué felices somos los tres!". Además, el hombre es una parte del plan de la mujer..., ¡no el fin!

¿Cuál es el fin?

¡Tener un hijo! Yo les aviso de que no quiero, pero al cabo de un par de años insisten...

¿Y por qué no quiere tener hijos?

¿Quién soy yo para traer a alguien a esta farsa? Ayudo a niños que otros han traído... Debería estar prohibido engendrar sin aprobar un exigente examen de padres. ¡La tarea más difícil, y nadie se prepara!

¿Qué le enseñaría a un hijo?

Que morimos y vamos hacia la nada. Relativízate y te fortalecerás: ¡a una hormiga se le dispara peor que a un elefante!

Si entrevistase a la reina de Inglaterra, ¿qué le preguntaría?

¿Cuánto lleva robado? ¿Por qué debo tenerle más respeto que usted a mí? ¡Enséñeme el pubis!

¿Y a un independentista?

¿Para qué tener a tu próximo dictador tan cerca? ¡Cuanto más lejos, mejor! La bandera es el pretexto, la finalidad es la caja.

¿A quién pediría perdón?

A todos con los que he sido injusto, por impulsivo. No soy rencoroso..., pero olvido mal. Aprendí de lo que me dijo Rocío Jurado antes de morir: "¡Yo sólo quería comer unas pipas con mis niños!".

Buena lección... Dicte su epitafio.

"Murió vivo". Y como no quiero capilla ardiente, ni frigorífico ambulante, ni carroza loca, ni microondas afectivo, dejo este otro como guía: "Donar, quemar y al mar". Que sea en el Garraf, por favor.


http://www.lavanguardia.com/lacontra/20130125/54362359840/la-contra-pedro-ruiz.html#ixzz2JpcqetjD

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