dilluns, 2 d’abril del 2012

Decidir o no decidir… esa es la cuestión


Poder decidir es un regalo porque da la opción de ser libre. Es uno de los mejores regalos a nuestro alcance: poder optar, elegir, escoger…. Si bien las decisiones son fuente de conflictos internos en los que pugnan la razón, el corazón, y en un punto medio, la prudencia.

A menudo, el miedo manipula nuestra mente para proyectarse en el futuro, jugando con la especulación psicológica. Es un maestro utilizando la fórmula del “¿y si…?”, cuyas infinitas posibilidades pueden llegar a convertirse en un tormento mental. Así, estas ilusiones conceptuales nos alejan del momento presente y nos llevan a vivir en un escenario imaginario que acaba distorsionando nuestra verdadera realidad. Es lo que podríamos denominar el síndrome de Hamlet.


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