dijous, 17 de maig del 2012

Pensament sistèmic


Desde muy temprana edad nos enseñan a analizar los problemas, a fragmentar el mundo.  Al parecer esto facilita las tareas complejas, pero sin saberlo pagamos un precio enorme.  Ya no vemos las consecuencias de nuestros actos; perdemos nuestra sensación intrínseca de conexión con una totalidad más vasta.  Cuando intentamos ver la “imagen general”, tratamos de ensamblar nuevamente los fragmentos, enumerar y organizar todas las piezas.  Pero, como dice el físico David Bohm, esta tarea es fútil:  es como ensamblar los fragmentos de un espejo roto para ver un reflejo fiel.  Al cabo de un tiempo desistimos de tratar de ver la totalidad.

La quinta disciplina

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